sábado, 8 de enero de 2011

Capítulo uno.

II


La maleta yacía en la cama, abierta, como una criatura esperando que le arrojen comida. Sin embargo, aún estaba vacía. La princesa la observaba con ojos vidriosos por las lágrimas y sin expresión ninguna, si bien estaba deseando con todas sus fuerzas que la maleta estallase en llamas.
Respiró hondo, inundando los pulmones con la fragancia de su habitación, sabedora de que no volvería a olerla en mucho tiempo. Pesarosa, intentó respirar más hondo, pero el ajustado corpiño de su vestido la obligó a desistir.
Sus ojos, azules como el lapislázuli, recorrieron la estancia con parsimonia, deteniéndose en todos y cada uno de los objetos que decoraban la habitación, deseosa de descubrir algo importante que llevase. Pero al momento apartaba la vista, tan sólo recibiendo cariño material y ninguno especial para ella. Todos eran cosas de decoración o sólo habían sido compradas por un capricho, que ya había pasado y ahora no las necesitaba.
Se dirigió a su armario y abrió las dos puertas, intentando tener algo que llevar a la maleta.
Escogió unos sencillos vestidos y también camisetas y pantalones traídos expresamente para ella desde el mundo humano. Un par de rebecas, unos zapatos y algunas prendas más elegantes finalizaban todo lo que necesitaba. Echó las prendas a la maleta y corrió la cremallera sin éxito. Probó de nuevo, nada.
Furibunda, tiró la maleta al suelo, desparramando su contenido y se sentó en el borde de la cama, con las manos sobre el rostro y los ojos anegados en lágrimas.
La impotencia se apoderaba de ella con cada sollozo. Algo le decía que abandonar su reino no era ni por asomo la mejor de las opciones.
Tal vez sí para ella, pero no para su reino. Serena se retorció un cabello entre los dedos, como hacía siempre que estaba nerviosa o indecisa.
La puerta se abrió lentamente. La princesa se enjugó las lágrimas, avergonzada y se levantó, irguiéndose y atusándose el pelo, que le caía sobre la espalda como una cascada de oro.
Helios penetró en la habitación, con las alas plegadas contra su espalda, y la miró con preocupación. Ella volvió a sentarse y bajó el rostro.
Sin decir nada, el ángel recogió la maleta y volvió a meter las prendas y zapatos, para luego cerrarla sin esfuerzo y dejarla al lado de la princesa.
-¿Estás bien?- preguntó, apartando la maleta y sentándose al lado de la chica.
Ella asintió sin convicción y alzó la mirada, encontrándose con los dulces ojos gris claro de su ángel de la guarda.
-Es lo mejor- siguió él-, podrás volver cuando todo esté más controlado.
-Ah, claro- dijo ella indignada- ¿Cuándo Sálman haya conquistado también Ahlba y por lo tanto todo Valerian? Muy inteligente, sí.
-Vamos, no seas así- el ángel pasó un brazo por el hombro de ella y la atrajo hacia él- El reino volverá a ser tuyo, como siempre debió serlo.
Él se levantó, arrastrándola con él.
-El carruaje espera- anunció. Serena se volvió a por la dichosa maleta y ya en la puerta se detuvo un momento. Helios la miró inquisitivo.
-¿Vendrás conmigo?- preguntó preocupada.
-Hasta el fin del mundo si hace falta.

Erik se retorció en brazos de su agresor. Llegó a morder la mano que le aprisionaba los labios, haciendo que el otro soltara una maldición, aunque no lo soltó, la presa se tornó más débil.
-Espera, idiota- le dijo- sólo soy yo.
Erik dejó un momento de intentar zafarse, quedando helado ante la familiaridad de la voz. Se volvió mientras su agresor deshacía la presa, dejándole libertad y apartándose un poco. El joven lo miró con detenimiento. Era un chico de su edad, o algo mayor, de pelo ondulado y pelirrojo, con ojos verde oscuro.
Erik ladeó la cabeza graciosamente, sin dejar de buscar en su memoria algo que le recordara a ese extraño individuo.
-¿No te acuerdas?- preguntó el otro, confuso. Erik se encogió de hombros- Soy Jack, tío.
-¿Jack?
-Sí- Jack soltó un bufido- Joder, tu amigo del orfanato, ¿no recuerdas? Hicimos explotar la cocina junto con otro chaval. Y le quitábamos la dentadura a miss Hilder cuando dormía.
Erik rió. Por supuesto que se acordaba de Jack Wolfgang, su mejor amigo en el orfanato, hasta que los separaron.
-Claro que me acuerdo- dijo sonriendo- ¿Qué fue de tu vida?
-Bueno, no mucho. Cuando me echaron junto a los demás mayores de trece, decidí ir a Kaulib Kalée a vivir en compañía de los árboles- rieron ante su broma y Jack continuó- Pocos meses después, un hombre lobo me atacó y la primera luna llena de Diciembre me convertí. El mismo lobo que me atacó vino a recogerme, como manda la tradición, y me integró en su manada.
-¿Por qué volviste?
-Descubrí que no me va la vida en grupo. Si ya me costaba hacerte caso cuando hablabas, imagínate tener que soportar a veinte personas más dándome la vara.
-¿Tan sólo eran veinte?
-Claro, es la única manada en el bosque- respondió Jack, apoyando la espalda en la pared de ladrillo.
-¿Qué pasó con Valeria?- preguntó Erik, recordando a la hermana de su amigo.
-Tenía dos años menos que nosotros, así que supongo que se quedó en el orfanato. Pero ya la habrán echado.
-¿No piensas buscarla?
-No, en realidad nunca la aprecié mucho, y si no hubiera sido por ti, no me habría acordado de ella.
El joven moreno se encogió de hombros. Él tampoco había hecho mucho caso de Valeria, pero tampoco pensaba que Jack la abandonaría a su suerte.
-Probablemente también la hayan convertido en loba- dijo Jack, como leyendo el pensamiento de su amigo.
Erik lo miró inquisitivo.
-Al parecer, la familia Wolfgang lleva sangre de lobo, por eso somos convertidos cuando una manada anda cerca. Los hombres lobo tienen apellidos como Wölf, o Moonlight, o Shadow, sin embargo,los vampiros tienen apellidos rusos o polacos.
-Me gustaría conocer a algún vampiro- dijo Erik, curvando los labios.
Jack se encogió de hombros. Al menos había encontrado a alguien querido de verdad. No habían pensado mucho el uno en el otro en aquellos años fuera del orfanato, pero ahora sentían el no haberse buscado antes.
-¿Sabes que la princesa de Valerian viene a alojarse a Eulia?- informó el chico lobo.
-¿Aquí? Pues espero que no venga a Tráre, porque no se puede decir que hayas hostales de lujo.
-Al parecer la intentan proteger del rey de Nezrilia.
-Todavía me parece raro que Valerian tenga dos capitales.
-Ya, bueno, es un reino muy grande. Aunque seguramente se hospedará cerca del castillo de nuestro rey.
-Los nobles sólo se quieren entre ellos.
-Y a veces ni eso.

1 comentario:

  1. Mira, he visto algunas cositas "raras":
    -"...expresión ninguna," Creo que es "expresión alguna" o "ninguna expresión". (Creo).
    -"...deseosa de descubrir algo importante que llevase." Creo que querías decir "llevarse".
    -"...se retorció un cabello entre los dedos..." Más que un cabello, sería un "mechón de pelo/cabello". :)
    Todo lo demás está perfecto. :)
    P.D: I love Jack's hair. (L) XDDDDDDDDDD
    Tengo ganas de leer más, jolines... X) Espero impaciente el próximo cap. :)

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