viernes, 14 de enero de 2011

Capítulo dos.

I


Sun Köiv se llevó una mano a su colgante y, empujándolo con el dedo índice, hizo tintinear el pequeño cascabel dorado que pendía de él.
Alzó la vista hacia el cielo, con los labios entreabiertos, que dejaban escapar vaho al respirar y el ceño fruncido, como si mostrara su desacuerdo a las nubes que encapotaban el sol que a ella tanto le gustaba sentir.
La joven, sentada en el escalón marmóreo que conducía a su casa, se dejó caer hasta apoyar la espalda en la puerta de madera. Cerró los ojos por un momento, imaginando que estaba sola en el mundo y que ningún pensamiento escuchado sin querer enturbiaba ahora su mente. Pero claro que lo hacían. Sun podía leer la mente de los demás aunque su casa se encontrase a las afueras, cerca del bosque.
Optó por levantarse y hacer una escapada al mercadillo. No era una chica muy cotilla, pero sin embargo esta vez necesitaba escuchar los problemas absurdos de los demás para dejar de preocuparse por los suyos durante unos momentos.
-¿Te gusta esto?- preguntó una mujer a su esposo. Éste sonrió complacido ante la camisa que su esposa le tendía.
-Claro, cielo- contestó. “Es horrible” escuchó Sun en su mente, que suspiró y una vez más preguntó por qué la gente era tan falsa. Sin embargo, la pregunta navegó, suspendida en el aire, a la deriva, sin ninguna respuesta coherente que la llevase a tierra firme.
La joven continuó caminando, internándose en el corazón del pueblo, dónde la gente se arremolinaba, formando hacinamientos y empujándose. Tras la marea de personas y tiendas apelotonadas, Sun pudo distinguir una forma alargada que merodeaba avanzando en zigzag, olisqueando el aire y sorteando la gente con soltura y elegancia.
Era un lobo. De ojos oscuros y pelaje canela claro. Sin embargo, era más pequeño que un hombre lobo joven y el color de su pelo no era propio de un fenrir, acostumbrados a tener el pelaje oscuro.
Guiada por la curiosidad, Sun vadeó la masa humana abriéndose paso a empujones y casi corriendo, intentando alcanzar al extraño animal. Se recriminó a sí misma porque no se creía tan cotilla, pero en ese momento le importaba bien poco.
Casi sin aliento y la respiración entrecortada, la joven logró alcanzarlo, parándose en medio de la calle, tras el animal que, si la había oído llegar, no le había dado importancia y se había sentado muy recto, con las orejas erguidas y el mentón levantado. De verdad parecía estar buscando algo a alguien, pero en caso de tratarse de un lobo normal o de un fenrir, sabría que en la ciudades y pueblos no podrían conseguir nada de alimento y si fuera un hombre lobo buscando a un compañero perdido, no se habría atrevido a merodear tan cerca de las personas, sabiendo que esa noche era luna nueva.
Sun carraspeó para atraer la atención del lobo. Una parte de ella se asustó, escandalizada, diciéndole que lo más sensato era irse de allí, ahora que estaba a tiempo. Sin embargo, y para su desgracia, pudo más la parte curiosa que la llevó a plantar los pies en el suelo para no salir corriendo despavorida. El animal volvió la cabeza lentamente, con desinterés.
-Eh…hola- saludó Sun titubeando. Se maldijo por no tener otra cosa más coherente que decir.
El lobo ladeó la cabeza, inquisitivo, se levantó y de nuevo volvió a mirar al frente, sin prestar atención alguna a la chica. Ésta frunció el ceño, indecisa.
-¿Qué eres?-se atrevió a preguntar.
El lobo pareció suspirar con cansancio y gruñó un poco. Algo brilló vacilantemente. Se trataba de una perla verde, atada al cuello del animal. Sun recordó haberlo visto en algún sitio o alguna persona muy cercana a ella, pero no recordaba y chasqueó la lengua con frustración.

-Dawn- repitió el joven, suspirando exageradamente- Acabaré por irme sin ti y sabes que soy capaz.
-Muérete un rato, Will- contestó ella, aún ante el espejo, recogiéndose el pelo castaño en una cola alta.
-Vale, pero llegaremos tarde- advirtió el chico de nuevo. Dawn Steiner le lanzó a su hermano una mirada asesina. Odiaba que le metieran prisa y, además, sólo era una estúpida fiesta de bienvenida para la princesa Serena, ¿qué más daría llegar tarde?
-Retrasarse es elegante- dijo la joven, acercando el rostro al espejo de su tocador, buscando alguna imperfección en su maquillaje.
-Ah, ¿si?- contestó William-, pues preveo que vamos a ser los más elegantes de todo el reino.
La joven dejó escapar un suspiro de cansancio. Se miró por última vez. Llevaba el pelo castaño en una cola perfectamente recogida, sin ningún cabello fuera de lugar. Su vestido era largo hasta el suelo, blanco y de corte griego. Conforme con su reflejo, se volvió hacia Will, que ahora sostenía un broche plateado con forma de mariposa.
-Me lo regaló mamá- informó Dawn.
-¿Antes de irse otra vez?- escupió el chico con rabia contenida.
-Will- suspiró ella- hemos hablado de esto muchas veces…, papá y mamá tienen que viajar mucho, ya lo sabes.
-Y cuando no tienen que hacerlo, también se van- reprochó el chico.
-¿De dónde crees que sale todo este dinero?- preguntó la joven mirando a su alrededor- Los nefilim tenemos una reputación que mantener.
-¿Reputación?- dijo Will asqueado- pero si somos los lame culos del rey. ¿Qué reputación es la que hay que mantener, Dawn? A mí eso me da igual. Renunciaría a todo sólo por pasar un solo día con nuestros padres. Recuerda el año pasado, el día de Zeus.
-Ellos vinieron.
-Sí, cierto. Brindaron con nosotros y se fueron a un restaurante con sus compañeros de trabajo. No pasaron ni dos horas con nosotros.
Dawn bajó la vista, abatida. Sabía de sobra que las palabras de su hermano eran todas ciertas, pero ella quería seguir confiando en que sus padres no se olvidaban de ellos. Sin embargo, Will no era capaz de ocultar más su malestar y algunas veces no tenía más remedio que estallar y vaciar un poco su corazón, si no quería que todo el odio y la rabia lo hundiesen. Y Dawn lo entendía. Pero, sin embargo, no podía dejar de pensar que él podía ser algo más permisivo y estable.
-Llegaremos tarde- apuntó ella sin querer discutir más.

5 comentarios:

  1. Porfin salgo yo, Dawn, ains me encanto jajaja

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  2. ¿Qué pasota que soy no? jajaja me encantaaa

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  3. No me ha dado tiempo de leer mucho, ya que lo acabo de encontrar (el blog en cuestión)pero decirte que de primera entrada me ha encantado, y que con los dibujos sobre los personajes, y el mapa ya te has ganado que te siga. En cuanto pueda me pondré a leer todo para poderte comentar como un ser humano lo haría.
    Solo decirte eso, te sigo.
    Enhorabuena^^

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  4. quiero seguir leyendoo!! >_< Me encanta!

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